10.7.09

My very first time


El viaje a Madrid prometía, y mucho. Todo empezó por la tarde cuando, obligado, me tuve que ir a Murcia para esa noche poder tomar el autobús a Madrid. Pues la tarde transcurría sin mayores problemas entre helados y copas con familia y amigos y a eso de las 12.30 me fui a la estación. Tras 6 maravillosas horas y media que recuerdo con cariño ¬¬’ llegué a Madrid cansado y sin saber muy bien qué hacer hasta las 10.45 que tenía mi super exclusiva cita en la embajada (ha!). Uno, que es previsor, decidió irse para la calle Serrano y allí buscar una cafetería donde hacer algo de tiempo, así que al llegar allí encontré un precioso y magnífico Starbucks (quien dice que las cadenas son malas…) donde poder ocultarme durante un par de horas sin llamar mucho la atención. Saqué mi librillo de Millenium y allí que me quedé.

Cunado se acercaba la hora de mi entrevista “super personal” pregunté al amabilísimo personal de la cadena si me podían guardar allí la mochila, y me dijeron que naranjas de la China. Tras eso, los siguientes 45 minutos se resumen en negativas por parte de todo el mundo sobre guardar una mini-mochila hasta que rendido acabé dejándola en un supermercado Día a 5 minutos de la embajada… en una consigna.

Después los controles rutinarios, y confiscación del teléfono móvil. Al pasar pensaba que habría más gente, pero lo que no esperaba es que fuesen 175 personas en una sala con capacidad para 80 y gracias. Las siguientes 3 horas y media fueron desesperantes y consistieron en 3 llamadas a mi número:

1ª: Entrega de la documentación, ahora le volveremos a llamar.

2ª: Entrevista: ponga las huellas ahí y ahí. Gracias, ahora le volveremos a llamar.

3ª: Aquí tiene los papeles que presentar en la embajada, en 4 días lo recibirá en casa. Adios.

Un encanto como se ve… ains, si es que en ningún sitio como en casa...